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Contribuer aux commentairesHacía mucho tiempo que no visitábamos este restaurante, pero definitivamente es un lugar al que regresar. Está ubicado en el centro y es tranquilo. La parrillada de verduras y los mejillones estaban deliciosos, y la carne era tierna y sabrosa. Todo estaba hecho a la brasa. Sin duda, es un restaurante que merece la pena visitar.
Hacía tiempo que no comía aquí y tenía muy buen recuerdo, pero el trato de la persona que atiende las mesas nos ha fastidiado la comida (que en realidad no es mala). Cuando uno de los comensales no ha entendido la explicación de la carta, esta señora se ha puesto a dar golpes en la mesa levantando la voz, momento en el que, evidentemente, hemos estado a punto de levantarnos. Posteriormente hemos tenido que presenciar el mismo trato con otra mesa, gritos al cocinero, y otras actitudes del todo repudiables en un profesional de la hostelería. Viendo otras críticas de tripadvisor parece que no se trata de un mal día aislado. Nosotros desde luego no volveremos, pero para cualquiera que quiera pasar: aunque faltaban algunas cosas de la carta, de lo que pedimos la parrillada de verdura está muy rica aunque cada año es más escasa, los mejillones muy buenos como siempre, la chuleta regular pero muy muy salada y el churrasco reseco y soso. De postre pastel vasco descongelado a toda velocidad que estaba malísimo. Lo dicho, no volveremos.
El genero y el toque de la parrilla son excepcionales, sobretodo en la ración de mejillones picantes y en el txuleton. No es la primera vez que acudimos al restaurante y nunca falla. Muy buena relación calidad precio.
Estuvimos comiendo con reserva previa 14 personas y solos en el local, que por cierto a parte de pasar frío por no tener la calefacción puesta (quizás no la tienen), el local es desangelado por no decir inhóspito. Los entrantes para compartir eran escasos y las chuletas para dos las trajeron para toda la mesa a pesar de haber especificado a la camarera que eran para dos personas. A pesar de ser seca y antipática, la camarera hacía lo que le parecía sin satisfacer las peticiones del cliente, llegando incluso a la irrespetuosidad y sarcasmo. La comida no estaba mal cocinada, pero en esas condiciones y con esa persona sirviendo, no volveremos nunca más. Además, es carísimo, 30 euros por persona y los postres escasos y prefabricados.
Cenamos pulpo a la brasa, bacalao a la brasa y churrasco-costilla- y un postre-cuajada con sabor a quemado- compartiendo en pareja. Una botella de chardonnay-Heredad de Santamaría- (no hay carta de vinos)....un cortado...58 euros todo La comida estupenda-buena materia prima-, interesante la experiencia....si no queréis picante(pimienta,cayena) avisad antes. El local justito, ubicación pelín a desmano, al lado del polideportivo Artaleku. Volveremos.