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Contribuer aux commentairesEl mesón ya no es tal porque recientemente han dejado de ofrecer el servicio de comidas tras 43 años haciéndolo. No obstante es un bar en el que puedes disfrutar de tu bebida acompañada de una rica tapita de cortesía, en una terraza con un entorno maravilloso. Fue nuestro refugio de cada tarde-noche después de las visitas turísticas de la mañana, ya que estábamos alojados en el hotel Valle del Silencio, haciendo así que la experiencia fuera completa.
Restaurante único en el pueblo, cómodo, con terraza, comida normalita y caro.
Un ambiente en el centro de la tebaida berciana, una pequeña joya de la gastronomía casera y local, un lugar de visita que disfrutaremos independientemente del tiempo, una decoración muy cuidadosa y una atención muy buena y amistosa, a muy corta distancia de una gran ciudad. Volveré.
Muy buen trato ya que eran flexibles en el momento de la cita cuando venían del ciclismo. una vez allí la espectacular y muy fresca terraza trasera para el verano. la comida a la vista es, la carne espectacular por el lado especial el coco en el punto.
Sólo una palabra describe este restaurante: tremendo. el sabor de la empanada (caso, como prácticamente todo lo que ofrecen) te embriaga con placer. las croquetas, muy apetecible; la cecina con queso, deliciosa; la carrillera es una bendición para el paladar; el viejo chupe de vaca es estratosférico. Los postres merecen una mención de honor para terminar el banquete. situado el valle de la oza, recomiendo con fervor una visita a este restaurante. También tiene dos terrazas, una de las cuales tiene una cubierta vegetal que protege del sol a los comensales.