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Contribuer aux commentairesLa comida estaba deliciosa, completamente casera, el cocido montañés estaba buenísimo y el trato fue excelente. Sin embargo, hubo un problema con una pareja en la mesa de al lado, la señora tenía muy mala educación y se quejaba de todo, incluso pidió una hoja de reclamación con el único propósito de no pagar. Parecían ser personas que solo buscan molestar a los restaurantes para evitar los pagos. La señora era de malas formas y bastante grosera.
Hemos estado hoy comiendo. Si empezamos diciendo que solo éramos tres mesas para el menú del día, se supone que iría rapidito. El camarero más vale que se dedique a otra cosa. Los cubiertos sucios, y las copas y los platos tuvimos que limpiarlos. Pedimos cocido montañes y eso era un intento de cocido yo creo que le han echado sobras de otros platos porque tenía trocitos de judías verdes redondas y muy duras, trocitos de lomo asado y trocitos de zanahoria. Tardaron en servirnos quince minutos entre plato y plato y solo había tres mesas y un menú del día que se supone tiene que estar preparado. Pedí cordero lechal asado me trajeron dos trozos pequeños quemados y muy duros como de falda. No quise ni probarlo, me lo cambiaron por un entrecot, peor aún la carne olía como cuando lleva muchos días y el sabor malisimo por no hablar de ternillas y otras cosas del filete. No me lo he podido comer con lo que me gusta el entrecot. Eso sí. Las patatas fritas no eran congeladas. Una comida pésima que me llevó con dolor de estómago. A la hora de pagar se les había estropeado el datáfono y se lo habían llevado a reparar. Que mentira más burda cuando se rompe un aparato te ponen otro y no te dejan sin el, En fin he pedido la hoja de reclamaciones y se han negado a dármela. Mi marido no ha querido follón y ha pagado y nos hemos ido. Yo tengo un cabreo monumental. No sé cómo permiten tener abierto un local así. Por no hablar de que hemos tenido que decir al camarero que se subiese la mascarilla que era como si no la llevara
Hemos cenado dos noches en este restaurante, que encontramos por casualidad. La atención fue buena y la comida estuvo aceptable. Además, un punto a su favor es que tienen cerveza Ambar, algo muy importante para un aragonés.
Esperamos 15 minutos para sentarnos a comer cuando apenas había gente. Después, nos colocaron a siete en una mesa donde como máximo caben cinco personas. Tuvimos que esperar 15 minutos más solo para que nos trajeran la carta y nos preguntaran por la bebida. Luego esperamos 40 minutos para el primer plato (ensaladilla rusa muy simple y pasta boloñesa bañada en tomate). Después, esperamos 15-20 minutos más para los segundos platos. Las pechugas de pollo a la plancha tenían mucho aceite y la ternera asada resultó ser lechazo, que dejaba mucho que desear. Decidimos no pedir postre para irnos antes después de dos horas en el restaurante. El pan estaba duro y escaso. En resumen, no se puede esperar mucho por un menú de 12 euros, pero al menos la atención debería ser correcta y los platos deberían corresponder a lo pedido. Es mejor pasar hambre que tener una mala experiencia.
Una ruina de principio a fin. Primero se nos sentó en una mesa tras lo cual tardaron más de cuarto de hora en traernos la carta. Elegimos el menú de fin de semana de 12€ Una vez pedimos los primeros platos otra espera de 45 minutos para unos platos de pasta y ensaladilla, estando el restaurante casi vacio. Pasa exactamente lo mismo con los segundos platos y para colmo a tres compañeros que pidieron ternera se les trae lechazo y tras comentárselo al camarero todavía se atreve a negarlo y decir que lo que ha servido es ternera. Bochornoso El postre tras llevar prácticamente 2 horas en el restaurante preferimos ni pedirlo y ahorrarnos así otra media hora de espera. Cabe destacar también el pasotismo o amnesia de los camareros ya que para pedir una botella de agua o más pan había que repetirse lo una media de 4 veces hasta que se enteraban. La última de estas veces incluso uno de los camareros se marchó del bar para volver a los 10 minutos riendose con unas cuantas barras de pan, a lo cual le dijimos que para que queríamos el pan si ya habíamos acabado de comer. Tampoco cobran con tarjeta alegando que el datáfono está estropeado. Vamos, en general un circo, y tanto para comer como para ver espectáculos de este tipo cualquier otra opción va a ser mejor.