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Contribuer aux commentairesFui a una boda ,estaba todo muy rico y el salón precioso,los camareros super amables,le pongo pega al camino xq no es apto para tacones
5/5. Un lugar mágico, el palacio barroco, la roca cubierta de musgo, el jardín de camelias, la capilla, el bosque de castaños, avellanos y abedules, el agua del rio Tinto que ofrece música de fondo, encantador. Visita obligada en Galicia. Fuimos en miercoles con reserva previa, excelente visita guiada con explicación de la historia del lugar
El Pazo do Faramello es un lugar único en Galicia, que combina la belleza arquitectónica, el encanto natural y el valor histórico. Se trata de un edificio del siglo XVIII, de estilo barroco compostelano civil, con influencias italianas, que fue fundado por el Marqués de Piombino, un noble genovés que se enamoró de una joven santiaguesa tras hacer el Camino de Santiago. Fue la primera fábrica de papel de Galicia, que durante 30 años tuvo el privilegio de expedir los papeles de la corona de Felipe V. Además, fue un centro de resistencia contra las tropas francesas en la guerra de la independencia, y la residencia de verano de Alfonso XIII y otros personajes ilustres. El Pazo do Faramello ha sido también fuente de inspiración para escritores como Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán o Camilo José Cela, que lo mencionaron en sus obras. Cuenta con una capilla consagrada en 1727, que alberga un impresionante retablo de madera realizado por el maestro José Gambino, nacido en el Pazo. También tiene unos jardines espectaculares, donde se pueden admirar especies exóticas traídas de Japón, como ciruelos, arces, azaleas o camelias. Está situado sobre el cañón del río Tinto, rodeado de una fraga en perfecto estado de conservación, donde se pueden observar animales como nutrias, búhos, garzas, truchas o ranas. Es, sin duda, una joya del patrimonio gallego, que merece la pena visitar y disfrutar. El personal es muy atento y profesional, y te ofrece una visita guiada por el Pazo y sus alrededores, explicándote con detalle su historia y sus curiosidades. El ambiente es acogedor y familiar, y te hace sentir como en casa. A petición del propietario indicar que: nosotros hacemos visitas todos los días de la semana, no unicamente festivos o fin de semana.
Os recomiendo la visita guiada por el propio dueño del Pazo, muy amena además de ilustrativa sobre su historia y orígenes, especialmente en primavera y otoño cuando sus jardines están plenos de belleza, aunque en cualquier época vale la pena.
Un Pazo muy bien cuidado con una historia sorprendente,el guía nos explicó muy bien cada detalle del.pazo y sus jardines.